Estábamos cansados. Habíamos viajado todo el día y se había hecho de noche en plena ruta. Teníamos que buscar donde dormir y queríamos que sea bien cerquita de la entrada del parque para poder entrar temprano al día siguiente y chocarnos frente a frente con uno de los paisajes que mas soñábamos con conocer, sin tanto turista alrededor, con ese fresquito típico de las mañanas de verano y con el sol posando perfecto para las fotos.

La aplicación que usamos para buscar lugares para dormir decía que a unos km había una estación de servicio con un gran playón que permitía a los viajeros en motorhome estacionar para pasar la noche, así que ni lo dudamos y ahí dormimos unas horas.
La mañana siguiente era perfecta (todas las mañanas de verano son perfectas) y yo tenia una ansiedad y una alegría por llegar a ese lugar que ya no era común, pero entonces, después de medía hora de viaje y algunos mates, llegamos, me baje del motorhome, caminé hasta el primer mirador y lo entendí: estábamos frente a uno de los fenómenos más impresionantes de la naturaleza, un lugar donde todo parece tallado a mano, un paisaje que sentí muy lejano por tantos años, y ahora estaba ahí, lo tenía bien en frente, y no sabía para donde mirar, por que no me entraba en los ojos.

Bienvenidos AL GRAN CAÑON 🌄

¿SE VIENE UNA GUÍA DE LA COSTA OESTE DE USA?